jueves, 16 de mayo de 2013

Vacío II



Cómo puedo robarte un poco de lo tibio de tus manos
si no importa lo que pase, si llueve, si hace frío
has perdido las ganas de tocarme
-¿algún día las tuviste?-
y aún así, me lastimas
cada que pasas a menos de dos pasos de mi piel
porque tu piel me ignora
y tus ojos me evaden,
me vacían al mirar a otro lado,
al sonreírle a otra gente,
y haces que sienta el corazón contraído
inerme, marchito y desolado
como una grieta secándose en mitad de la nada.

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